7 may 2012

EL SANEAMIENTO



No es verdad eso de que todo fluye y está conectado. Entre yo y la gente hay construido un indestructible tabique del grosor de una pestaña, por eso cada vez que me desincho al terminar de respirar estoy seguro de querer guardaros en un baúl bajo una gotera que os corroa y a la vez os sirva de segundero. Y a los que no quepan que les den. No son más que chicles pegados bajo una mesa. Un trozo de barro que resultó ser mierda. A mí me la trae bien floja si el universo se expande. ¿Para qué preocuparme de lo que hay ahí afuera si ni siquiera me aclaro con lo de aquí adentro?. Mi cerebro debe flotar en un mejunje del color de una calabaza pocha y ya no siento calor ni cuando me quemo. El otro día observé a un idiota que trataba de agarrar el vaho que le salía de la boca al hablar y lo único que conseguía era romperlo. Temo que ésto haga KA-BOOOOM!!! y explote llevando consigo ramas y fruto. Soy una cloaca que, tras un saneamiento, quedaría que te cagas.



pintura: Jonathan Saiz

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